¿Qué cómo le hago para viajar tanto?, bueno, no es tan complicado realmente, aunque no es algo que suceda de la noche a la mañana. En el 2012 ya tenía en mente viajar a Europa. Así de temprano ya sabía que estaría acá, pero más que el tiempo es la convicción de hacer algo que te brindará felicidad y mejorará, por lo tanto, muchos otros aspectos en tu vida. Tómate un día, una tarde, mientras viajas, en tu habitación, sentado en algún parque o cualquier momento de solitud para preguntarte: ¿Qué es lo que quiero hacer en la vida?, ¿qué me hace feliz? Y anota todo lo que se te venga a la cabeza. Después de esto tendrás siempre presente lo que quieres lograr en la vida. Sé que suena repetitivo, trillado, un poco cursi o de jóvenes de preparatoria antes de entrar a la Universidad: pero funciona. A partir de ese momento estarás abierto a toda posibilidad que te lleve a lograr algunas de las cosas que escribiste en ese entonces y parecerá que el “universo” puso todo a tu favor. Lo único que pasa es que tomas cualquier oportunidad que se te presente (por pequeña que sea) para estar un poco más cerca de tus metas y todas tus acciones, a veces sin pensarlo, se dirigen a lo que quieres lograr.
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¿Gastar mucho dinero en una fiesta con amigos? no, pues necesito el dinero para mis viajes. En lugar de eso nos tomamos un café o nos encontramos en alguna casa. ¿Tengo mucho tiempo libre? No, mejor lo invierto en estudiar otro idioma que me ayude al viajar. ¿Comprarme un carro? Podría, pero me impediría viajar en el futuro cercano: yo quería viajar siendo joven. ¿Quedarme en un trabajo bien pagado (que realmente no te gusta) para tener “seguridad” económica? Tampoco, que al final es solo miedo de hacer lo que uno quiere. Tener amigos/familia que te apoya obviamente hace las cosas un poco más fáciles, algo con lo que tuve suerte.
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Creo que ahora es un poco más claro y evidente hacia donde quiero llegar: es necesario renunciar a otras cosas y trabajar día a día para obtener eso que se anhela. En lo personal tuve que renunciar a comodidad, moda, seguridad, miedos y a veces personas que de cierto modo te detienen de seguir adelante: y todo al final vale la pena. Un viaje para mi vale más que 100 “noches de fiesta”, que 200 prendas “a la moda” o que un celular nuevo cada año. Considero que los viajes es una de las pocas cosas que después comprarlos y realizarlos te hacen más rico. Eso no significa que todos tengan que viajar. Cada quien escoge por lo qué luchar. Pero hay que tener en mente, eso sí, que al final uno se queda con lo vivido, con las personas que ha conocido y todos los buenos recuerdos de una vida. Todos venimos de este mundo sin nada y regresamos a él de la misma manera, más un viaje por la vida.
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